30 May
30May

                                                                               

El concepto de inclusión cada vez adquiere mayor prominencia tanto en el ámbito académico como en el debate público; sin embargo, no siempre quedan claros su significado, implicaciones y alcances;

Existen Cuatro acepciones principales:


1. Inclusión como escolarización de educandos con discapacidad. 

2. Inclusión como respuesta a los problemas de conducta. 

3. Inclusión como atención a los grupos en mayor riesgo de exclusión como indígenas, migrantes o comunidades rurales aisladas. 

4. Inclusión como desarrollo de una escuela común, no selectiva, organizada para acoger la diversidad y asegurar el logro educativo de todas las personas.

 Las tres primeras acepciones tienen en común que refieren la atención a colectivos específicos y su incorporación a los centros escolares generales o “regulares”. El foco está puesto en los colectivos a integrar. 

La cuarta acepción, en cambio, defiende el replanteamiento de la función de la escuela para dar cabida a todo educando, independientemente de sus características o condiciones personales. Se sustenta en el reconocimiento de la igual dignidad y derechos de todas las personas, el respeto a las diferencias, la valoración de cada uno de los estudiantes, la transformación de las políticas, las culturas y las prácticas que inhiben la adecuada atención a la diversidad de necesidades de los educandos y su participación, el combate a cualquier forma de discriminación, el compromiso con el éxito escolar de los estudiantes y el énfasis en aquellos que enfrentan mayores desventajas sociales. Esta acepción permite hablar, ya no sólo de inclusión, sino de educación inclusiva. 

El postulado central aquí es que, en lugar de desarrollar sistemas y escuelas separadas para estudiantes con necesidades educativas específicas, es necesario un enfoque muy distinto, que vea la diferencia como algo natural y positivo y que intente desarrollar sistemas educativos capaces de responder efectivamente a la diversidad.

 El núcleo de este planteamiento es el postulado de la Organización delas Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el sentido de que cada niña y niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades que le son propias: “… si el derecho a la educación significa algo, se deben diseñar los sistemas educativos y desarrollar los programas de modo que tengan en cuenta toda la gama de esas diferentes características y necesidades” (UNESCO, 1994, p. viii).

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